Archivo FCEN-UBA


Fondo: FCEN-UBA

Aplicación Normas ISDIAH

    Área de identificación
  1. Identificador: BC-FCEN (Fondo Archivo Biblioteca Central de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA).
  2. Forma autorizada del nombre: Archivo Histórico de la FCEN.
  3. Forma paralela del nombre: Archivo de la Sala de Preservación.
  4. Otra forma del nombre: no posee.
  5. Tipo de institución que conserva los fondos de archivo: Archivo dependiente de la Biblioteca Central de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Ciclo vital: Archivo Histórico.
  6. Área de contacto
  7. Localización y dirección: Intendente Guiraldes Nº 2160, Pabellón II, Ciudad Universitaria, CABA. Enlace web: http://www.bl.fcen.uba.ar
  8. Datos de contacto: Teléfonos: 4576-3350, 4789-9293. E-mails: ana@bl.fcen.uba.ar, susana@bl.fcen.uba.ar, paola@bl.fcen.uba.ar
  9. Contactos institucionales:
    Subsecretaria: Lic. Ana María Sanllorenti.
    Dirección: Bl. Lucía Susana Zubieta.
    Conservadora: Lic. Paola Ramos Pinto.
    Área de Digitalización: Lic. J. Martín Williman.
  10. Área de descripción
  11. Historia de la dependencia que custodia los fondos del archivo: El primer y muy remoto antecedente de existencia de una institución educativa para el estudio de las ciencias naturales fue la creación de la Escuela de Náutica, promovida por Belgrano desde su posición predominante en el Consulado, en 1799, en el contexto postrímero del vetusto régimen colonial. La Universidad de Buenos Aires fue fundada en tiempos poscoloniales en 1821, en momentos convulsionados de la historia patria, bajo la órbita del gobierno de la Provincia de Buenos Aires que pretendió fundir varias instituciones educativas preexistentes, con origen en época virreinal, en la histórica Manzana de las Luces, propiedad hasta fines del siglo XVIII de los jesuitas. En ella se creó en 1822 el Departamento de Exactas, si se quiere remoto antecedente de la moderna Facultad. En 1865, Juan María Gutiérrez modificó su nombre por el Departamento de Ciencias Exactas, germen antiguo de lo que décadas más tarde sería la moderna Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. En su estipulación aclaró que debía estar enfocado a “…la enseñanza de las matemáticas puras y aplicadas, y de la historia natural”. En 1870 egresaron los primeros ingenieros aunque hubo que esperar mucho tiempo para sistematizar las carreras básicas y así ver egresar más tarde físicos, matemáticos, etc. En 1874 fue creada la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas (la que en 1888 tuvo su primer reglamento) y en 1881 se consolidó en la práctica dicha creación ya que se asistió a la nacionalización de la UBA. Una década más tarde, la sede tomó casi el nombre que tiene hoy: fue llamada, a partir de 1891, Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y conservó ese nombre hasta 1952. Anteriormente, con el Estatuto Universitario quedaron instituidas las primeras facultades: de Ciencias Médicas, Derecho y Ciencias Sociales, la que compete a esta descripción y la de Filosofía y Letras, que con el correr de los años sufrirán diversas modificaciones. Por razones físicas y espaciales fue necesaria una mudanza, puesto que el edificio no podía albergar al número creciente de alumnos. Si para 1910 eran aproximadamente 500 estudiantes, cuarenta años después la cifra superaba los 3.000. Varios proyectos de mudanzas se intentaron llevar a cabo en diferentes zonas (por nombrar sólo el actual puerto o la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UBA –esta última fundada en 1909). Pero hubo que esperar hasta la década de 1970 para ver finiquitada una mudanza que resolviera los acuciantes problemas de espacio. Mientras tanto los estudiantes se organizaban, en 1908 crearon el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Volviendo a los inicios de la reciente Facultad, para principios del siglo XX la carrera más exitosa era por lejos la de química, cuyo Departamento, creado en 1896, tenía por finalidad insertar químicos al mercado laboral en una época en la que la industria demadaba ese tipo de perfil profesional. El primer egresado de la carrera fue Enrique Herrero Ducloux, quien obtuvo su título doctoral en 1901 con su tesis “Contribución al estudio de la pata del monte”, y el primer egresado en la disciplina en todo el país. Siguió a ésta la de Ángel Gallardo, primer Doctor en ciencias naturales, defenfiendo un año más tarde su tesis “Interpretación dinámica de la división celular”. El aporte del español Julio Rey Pastor vigorizó el estudio de la matemática en el ámbito de la Facultad a principios del siglo pasado. Pedro Arata, Carlos Berg, el ya citado Gallardo, Horacio Damianovich y Eduardo Holmberg dieron su aporte al fomento de las ciencias biológicas, así como Enrique Zappi, Venancio Deulofeu y Herrero Ducloux, entre otros, hicieron su parte en lo que a química refiere. Juan José Giambiagi fue una inspiración para los físicos actuales, ocupando la conducción del Departamento de Física en 1959, época dorada de la universidad pública. Un paréntesis. Entre las visitas más promocionadas de científicos de renombre, se cuenta la del físico alemán Albert Einstein, quien dictó ocho conferencias sobre su Teoría de la Relatividad en 1924, invitado por la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. El genio se expresó en francés y en este idioma han llegado hoy las versiones taquigráficas de sus charlas. En 1952 la Facultad adoptó su nombre actual, de Ciencias Exactas y Naturales, debido a que en ese año la Facultad de Ingeniería asumió autarquía y lo mismo había sucedido con la de Arquitectura tres años antes. Esa década transitó por una época de oro para la Universidad de Buenos Aires, pero en la siguiente las cosas cambiarían. El 28 de junio de 1966 se asistió al inicio de la “Revolución Argentina”. A nivel educativo, una de las primeras medidas del nuevo gobierno de facto fue la intervención de las universidades públicas. Desde luego, la UBA no escapó a esta desgracia, y decenas de profesores y alumnos fueron encarcelados, mientras que tantos otros debieron renunciar a sus cargos o estudios, algunos no teniendo más opción que el exilio. El paroxismo de la intervención militar se dio con lo que ha de llamarse “Noche de los Bastones Largos”, el 29 de julio de 1966. Esta jornada acrecentó el número de despidos y todas las secuelas negativas para la comunidad educativa, incluyendo el total desmantelamiento del equipo que conducía a “Clementina”, la primera computadora que operaba en el Instituto de Cálculo. Muchos personajes célebres de la Facultad debieron exiliarse, como Rolando García, Manuel Sadosky y Gregorio Klimovsky, entre otros. Las consecuencias de la dictadura iniciada en 1966 y la que siguió más tarde fueron durísimas con el ámbito universitario. Desmanteló el movimiento estudiantil y aumentó la diáspora de los intelectuales formados en sus aulas, quienes huían de la represión y el Terrorismo de Estado. La FCEN expone en una pared el recuerdo de los más de 50 estudiantes desaparecidos, como para que “Nunca Más” se repita. Durante el mandato del Decano Raúl Zardini, se completó la instalación de la FCEN en el pabellón 2 de la Ciudad Universitaria, construida al efecto desde 1959. El retorno de la democracia se avizoró en los años 1982 y 1983, reabriéndose los concursos docentes en condiciones reglamentarias todavía instituidas por las rémoras del período que ya expiraba, como en el caso de ciertas prohibiciones de época que insistían en "no difundir ni adherir a concepciones políticas totalitarias ni subversivas". La Facultad y la UBA retomaron en cierta forma el camino ascendente que las dictaduras detuvieron. Volvieron los exiliados y la universidad gozó de una apertura mental tras el bloqueo impuesto por las cúpulas militares durante casi 15 años con un agitado paréntesis democrático (1973-1976). El período de la reapertura democrática fue de entusiasmo. Proliferaron nuevas agrupaciones estudiantiles frente al vetusto zardinismo y aumentó en número desbordante la matrícula de estudiantes, siendo la mayor en la carrera de Ciencias Biológicas, a diferencia del pasado. Se retomó la vida académica y aumentaron las actividades de investigación. En 1985 se creó el Sistema de Bibliotecas e Información (SISBI), coordinador de los servicios bibliotecarios en cada una de las facultades de la UBA. Un año antes se había formado el Centro de Graduados, organización que en un verdadero gesto de recupero de la dignidad, con 600 miembros, buscaron curar las heridas de la dictadura: declarar nulos los concursos precedentes y reincorporar a cesanteados y exiliados. Sólo se abstuvieron de participar los graduados de Matemática y Geología. La Franja Morada se hizo su bastión radical en la FCEN. Por su parte, el Centro de Estudiantes, escondido en la clandestinidad durante la última dictadura, volvió a la activa participación en la vida política, con mucha fuerza en la década de los ´90, en protesta contra los planes de reforma y los ajustes de corte neoliberal. Muestra de esa fuerza fue el hecho de haber embanderado la Facultad con un enorme cartel que protestaba: “Remate”, en 1992. Si la falta de presupuesto fue una constante crónica y angustiante en el funcionamiento de la UBA, en la década de 1990 fue donde adquirió mayor criticidad y un esfuerzo conjunto de los distintos actores en pos de esgrimir una estrategia efectiva en defensa de la educación pública. No obstante las dificultades de los últimos años, la Facultad no deja de formar profesionales que brillan con luz propia en el país tanto como a nivel internacional. Actualmente la FCEN cuenta con doce Departamentos Docentes, cada uno de ellos con Consejo Departamental y Director. Se dictan once carreras de licenciatura y siete de profesorado. La Biblioteca Central “Luis F. Leloir” que engloba otras diez bibliotecas departamentales e institutos de investigación, es la mayor institución libresca versada en materia de ciencias, y entre los últimos logros de la década pasada, destacan: la organización y establecimiento de la Sala de Preservación, la instalación e inauguración de una sala para capacitación de usuarios (docentes, investigadores y estudiantes) en la búsqueda, el acceso y la utilización de información científica y académica, y la obligatoriedad para que la tesis doctorales y de maestría sean depositadas en Biblioteca en soporte papel y en formato digital.
  12. Misiones y funciones que regulan la dependencia La Biblioteca Central “Luis Federico Leloir”, dependiente de la FCEN, persigue como misión principal proveer alta calidad de servicios y colecciones a la comunidad universitaria, cubriendo todas las demandas de información requeridas por ésta y por investigadores externos. Adquiere un rol activo en los esfuerzos cooperativos sobre el acceso y la preservación a los recursos de información de los usuarios de la misma comunidad y de fuera de ésta. Para ello, debe satisfacer todas las necesidades de información de los usuarios y la preservación del material bibliográfico de su acervo. Estructura y coordina tareas de las áreas de Servicios al Usuario con la meta de satisfacer todas las necesidades de los lectores, procurando el seguimiento tendiente al correcto funcionamiento diario. Evalúa los resultados de dichos servicios y confecciona estadísticas para cada una de las áreas en su práctica, en la búsqueda de criterios de mayor eficacia. Los usuarios también deben cumplir una política de derechos y obligaciones respecto a la Biblioteca Central.
  13. Contexto cultural y geográfico El ámbito al que se refiere la documentación es el de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Cuenta con documentación desde su fundación en 1874, hasta su cambio de nombre en 1952 y, finalmente, su mudanza definitiva al complejo Ciudad Universitaria en 1972. Asimismo, contiene una interesante colección de planos mayoritariamente de la antigua sede Manzana de las Luces (Perú 222). En su total contiene cerca de 290 piezas documentales más 65 planos. Se halla en el predio Ciudad Universitaria, barrio de Núñez, lindera al río y con amplios espacios verdes, incluidos campos deportivos. Una veintena de líneas de colectivos acceden a sus calles internas y se halla próxima al Aeroparque Jorge Newbery. La Facultad de Ciencias Exactas y Naturales es una prestigiosa entidad universitaria nacional cuyos graduados son reconocidos en el exterior y participa de programas de financiamiento internacionales. Preparó y consagró a dos de los premios nóbel de nuestra patria, Federico Leloir (1970) y César Milstein (1984). A la memoria del primero la Biblioteca Central de la Facultad le rinde digno homenaje en su denominación. La Biblioteca Central ocupa parte del 1º piso de la Facultad, de dimensiones 5.500 m2, con 600 puestos de lectura distribuidos en dos salas, aulas con computadoras adyacentes y una sala de capacitación para usuarios. Las áreas físicas que la componen son Dirección, Referencia, Circulante, Hemeroteca y Área de Digitalización.
  14. Atribuciones/funciones legales El funcionamiento de la FCEN se enmarca dentro de las disposiciones establecidas por la Ley Nacional Nº 23.068 del año 1958, atinente al Estatuto de la Universidad de Buenos Aires, que en su capítulo I establece: “Las Facultades son, dentro de la Universidad, las unidades administrativas y de gobierno que agrupan, cada una, varias escuelas y/o departamentos y/o institutos”. El gobierno de la facultad, a imitación del funcionamiento de la UBA, es tripartito. Regida la sede por un Consejo Directivo, éste es el órgano colegiado de gobierno compuesto por ocho representantes de profesores, cuatro de graduados y cuatro de estudiantes, elegidos periódicamente por sus pares. Del Consejo Directivo emanan las principales decisiones sobre el funcionamiento de la sede. El Decano, que preside las reuniones, es cabeza de la voluntad ejecutoria de la cual emanan las principales directivas. Éste resulta electo cada cuatro años, cuando se renueva el claustro de profesores, se elige al nuevo decano. Respecto a la Biblioteca Central de la Facultad, su misión (como las demás bibliotecas de la UBA) se planteó en 1994: “…ser una herramienta de apoyo a la enseñanza de grado, la educación continua de posgrado, el desarrollo de la investigación y de la extensión.”. La política bibliotecaria se enmarca conforme la Resolución del Rectorado Nº 222/1994 a la cual el texto citado anteriormente pertenece. Por medio de esta normativa se aprueban los lineamientos para gestionar una política bibliotecaria en el ámbito de la UBA, modernizando el funcionamiento de todas sus bibliotecas. Para ello establece áreas de funcionamiento en 1) Circulación y Préstamo; 2) Consulta en sala; 3) Referencia y 4) Entrenamiento de usuarios, más los Servicios Técnicos. Este último se exceptúa de la numeración porque este esquema de organización entiende que la atención al usuario es el principio estructurante y la razón de ser de la Biblioteca y, por tal motivo, el servicio técnico es una cuestión de orden interno. La Resolución de marras plantea los principios generales a los que deben ajustarse las bibliotecas del ámbito universitario, éstos son: “1.1. El servicio esencial que las bibliotecas de la UBA deben garantizar por igual a docentes, graduados y estudiantes, cualquiera sea su posición y jerarquía en el claustro universitario, es el acceso a la información científica y técnica en todas sus formas de publicación. Ese acceso debe abarcar todo tipo de información científica y técnica al margen de las diferencias ideológicas que contenga, tanto a nivel científico como político. 1.2. Las bibliotecas de la UBA deben tener un rol activo en la vida universitaria, transformándose en el lugar donde el usuario busca, manipula y recrea información de acuerdo con las necesidades específicas de sus tareas docentes, profesionales, de investigación, estudio o gestión. 1.3. Las bibliotecas de la UBA deben ser dinámicas (se adaptarán a las tendencias de la vida universitaria), y realistas (admitirán los dispares niveles de desarrollo del sistema bibliotecario actual). 1.4. Para concretar esos principios cada biblioteca universitaria considerará la redefinición de sus servicios a los usuarios y su reorganización técnica, fijando objetivos a corto, mediano y largo plazo. La propuesta que sigue se referirá principalmente a las bibliotecas de las Unidades Académicas, considerándose que ellas impulsarán y encauzarán la reorganización de las bibliotecas de institutos, departamentos, etc.”. Ahora bien, respecto a normativas en materia archivística, no existen precedentes, ni punto de partida. Quedará pendiente la elaboración de normas al respecto, de valoración, selección y eliminación.
  15. Gestión de documentos y política de ingresos La colecta de material para el Archivo de la Sala de Preservación, se inicia con posterioridad a la creación en 2005 del Programa de Historia de la FCEN y de la construcción y organización de la Sala de Preservación en la Biblioteca Central. La Resolución Nº 1313/05 del Consejo Directivo creó dicho Programa con los objetivos de: “Elaborar una cronología histórica social y política de la facultad de Ciencias Exactas y Naturales; confeccionar un archivo hisotórico de materiales gráficos, sonoros y objetos; realizar exposiciones de los materiales que constituyan el archivo histórico; producir documentos que aborden el estudio de moemntos y/o temáticas trascendentes en la historia de la Facultad; realizar conferencias, charlas y mesas redondas sobre los temas estudiados”. La norma reforzó que la Biblioteca Central sea depositaria de los materiales documentales textuales, fotográficos, auditivos como responsable de su organización, archivo, acceso y preservación. El trabajo conjunto entre la Biblioteca Central y el Programa de Historia dio lugar a un conjunto inicial de documentos reunidos por integrantes del Programa, que se dieron en guarda a la Biblioteca. Luego se realizó una selección de materiales con los que contaba la Biblioteca y que tenían relación o daban cuenta de la historia de la Facultad. Posteriormente y una vez que la Biblioteca Central fue visualizada como el lugar de guarda de documentos históricos, el Decano y otras autoridades decidieron dar a la Biblioteca importantes documentos como por ejemplo el Acta fundacional de la Facultad y otras piezas. Estas acciones continúan en forma esporádica. A julio de 2010 aún no se ha establecido una política explícita de ingresos.
  16. Sede física La dependencia se encuentra en el primer piso del pabellón II de la Ciudad Universitaria. Es un amplio corredor al que se accede por escalera, en donde al fondo tras transitar un pasillo de unos cuarenta metros de largo, se topa uno con una puerta de madera con dos carteles en los cuales se indica “Sala de Preservación” y “Area restringida”. El cuarto se halla refrigerado en forma permanente, a unos 16º C para garantizar la prevención del deterioro documental. El cuarto Sala de Preservación posee una superficie de alrededor de 200 m2.
  17. Fondos y otras colecciones custodiadas El Archivo Histórico de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales custodia un fondo eminentemente documental compuesto por 278 piezas, a los que se incluye 203 fotografías y 69 planos, todos custodiados en la Sala de Preservación (a excepción de las fotos), dependiente y sita en el ámbito de la Biblioteca Central. Los subfondos existentes tienen que ver con la clasificación del material, siendo éste reductible a ocho, clasificación que corresponde en cierta forma al ordenamiento estructural de la Facultad: la documentación generada por la Biblioteca Central, el Decanato, Consejo Directivo, los Alumnos y Docentes, lo relativo al Área Académica, los Departamentos Administrativos, aquellas cuestiones infraestructurales (sección a la que se suman los planos) englobadas en sección “Edificio” y finalmente, la normativa de la institución. Caben dos aclaraciones. El subfondo “Edificio” comparte carácter mixto, de documentación y planos. Por fuera de la Sala de Preservación hay que añadir un subfondo no documental, la colección fotográfica histórica de la Facultad, digitalizada y accesible desde la página web de la Facultad. Su recopilación fue producto del accionar del Programa de Historia. Sobre otros fondos, existe documentación emitida por la UBA: anales, digestos normativos y revistas de divulgación científica. Cuenta con un cuadernillo editado por la Federación Universitaria de Buenos Aires del Centro de Estudiantes del Doctorado en Química, trabajo escrito por el ex decano Manuel Sadosky. Asimismo, se conserva un censo estudiantil de 1959 y la pieza de mayor valor histórico, el Proyecto del Reglamento del Consejo Superior de la Universidad, que data de 1875. No se halla catalogado ni digitalizado este material. Perteneciente a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, también se encuentra por fuera la colección de 4.800 tesis doctorales producto de la investigación de alumnos de la sede (agosto de 2010), este último material catalogado y digitalizado en parte en el sitio oficial de la institución. El primer trabajo data de 1880.
  18. Instrumentos de descripción No existían instrumentos de descripción, a excepción del inventario, elaborado este último a partir de febrero de 2010. El material de archivo comparte el mismo sitio que los libros que por su valor histórico/patrimonial deben estar conservados en las condiciones vigentes en la Sala de Preservación. Los mismos presentan su signatura topográfica.
  19. Área de acceso
  20. Horarios de funcionamiento y de atención al público: lunes a viernes en días hábiles de 9 a 21 hs.
  21. Condiciones y requisitos para el uso y el acceso: si bien el acceso a la Biblioteca Central es gratuito y libre, el área de preservación se halla restricto al público por razones de seguridad y por las condiciones vigentes en la sala.
  22. Accesibilidad: área de acceso restringido, sólo puede acceder a ésta el propio personal de Biblioteca Central en búsqueda de materiales solicitados por el público lector.
  23. Área de servicios
  24. Servicios de ayuda a la investigación: se permite la consulta, pero atento al carácter delicado de la documentación, se extreman cuidados si los lectores piden este material.
  25. Servicios de reproducción: no se permiten dado el carácter lábil de la documentación custodiada en el cuarto de preservación. Sólo se permite tomar fotos digitales sin flash.
  26. Espacios públicos: no posee, a excepción de que el edificio de la Facultad forma parte del predio de la Ciudad Universitaria, lindero al río y con espacios verdes, regidos por la Intendencia de Ciudad Universitaria.
Colecciones del Fondo FCEN-UBA
Actas del Consejo Directivo: Actas del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) del período 1957-1962.

Memorias: Informes de gestión presentados por la Facultad correspondientes a los años 1950 a 1952, 1960 a 1963, 1979 a 1980 y 1983.

Expediente 411212: Expediente con las comunicaciones entre los miembros del recinto, originado el 20 de septiembre de 1966 y siendo su archivo definitivo el 17 de junio de 1969. Contiene notas de solicitudes que los estudiantes canalizan através de sus Centros y la correspondientes respuestas de las autoridades.

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Biblioteca Central Dr. Luis Federico Leloir - Facultad de Ciencias Exactas y Naturales - Universidad de Buenos Aires
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